«Hay algo en la personalidad
humana que se resiente a las cosas claras
e, inversamente, algo que
atrae a los rompecabezas,
a los enigmas, a las
alegorías».
(Stanley Kubrick)
■
Quinto peldaño: LA ESCALETA.
Hemos llegado al ecuador de nuestra particular escalera
de papel. Ahora, alcanzado el quinto peldaño, nos toca detenernos un tiempo a
armar y montar correctamente las piezas del rompecabezas de nuestro guion. Con
la estructura terminada, entre la sinopsis y el tratamiento existe un paso
intermedio que llamaremos ESCALETA.
La escaleta o “step outline” no es otra cosa que un desarrollo secuenciado de toda
la película entendiendo como SECUENCIA una o más escenas con una acción
dramática común y como ESCENA:
Es decir, una acción continua en el mismo lugar y sin saltos en el tiempo.
TODA UNIDAD DRAMÁTICA ININTERRUMPIDA EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO.
Es decir, una acción continua en el mismo lugar y sin saltos en el tiempo.
Normalmente
en el cine, no se hace diferencia entre escena y secuencia y se menciona
siempre esta última. La secuencia es la unidad de trabajo del guionista, pues
dividimos nuestros guiones en secuencias. La unidad de trabajo del director
será el plano, por eso, cuando un realizador prepara su película, se dice que
la planifica, dividiendo en planos cada una de las secuencias.
La
principal razón de ser de la secuencia es facilitar el rodaje de la película ya
que, al secuenciar nuestro guión, estamos dividiéndolo en localizaciones y
horas del día o de la noche, exactamente lo que se escribe en el encabezado de
la secuencia, con lo que al equipo de dirección y producción les será más fácil
confeccionar sus correspondientes desgloses. Por ejemplo:
EXT. PARQUE DE ATRACCIONES. DÍA.
Definirá
que la secuencia tiene lugar en un parque de atracciones, lógicamente en el
exterior, y que transcurre durante las horas del día.
INT. AULA DE INFORMÁTICA. NOCHE.
Aquí
el encabezado nos indica que la acción de la secuencia transcurre por la noche
en el interior, en un set o decorado que simularán un aula de informática.
Pero,
además del lugar y momento en que se desarrolla la acción, en cada una de las
escenas o secuencias de nuestra escaleta debe figurar un breve resumen (entre
una y tres líneas) de la misma.
Mi
recomendación es que se desarrolle cada secuencia en una ficha independiente
—para lo cual yo utilizo esos papelitos amarillos adhesivos o “post-its”—
de forma que si hemos de eliminar, añadir, variar o cambiar de sitio alguna
secuencia (cosa que sucederá a menudo) no nos veamos obligados a corregir toda
la escaleta. También me obligo a escribir dicho resumen de la secuencia solo
por el anverso del post-it, sin utilizar nunca el reverso. Me hago esta
imposición para escribir solo lo imprescindible, lo verdaderamente fundamental
y evitar así divagaciones. Fijaos que este trabajo todavía lo realizo
escribiendo a mano. Desde que he empezado a subir nuestra escalera de papel, con
la idea primigenia del primer peldaño hasta este quinto peldaño de la escaleta,
aún no me he sentado delante del ordenador en ningún momento.
¿Cuánto
puede durar este trabajo de secuenciar o escaletar la película? Imposible de
precisar. Dependerá del tiempo que le dediquéis a ello y de lo acostumbrados
que estéis a hacerlo. En resumen, se trata de imaginarse la película, de tratar
de visualizarla secuencia a secuencia.
Yo
comienzo escribiendo las secuencias que ya conozco que son las de los puntos de
giro, golpes de efecto o etapas —sean estas cuatro, cinco o doce— y, a partir
de ahí, voy rellenando los huecos que tengo sabiendo de dónde parto y adónde
quiero llegar. Este trabajo suele durar semanas o incluso meses porque no me
suelo dedicar a él en exclusiva, sino solamente horas sueltas que voy teniendo
mientras escribo otros guiones o realizo otras tareas.
Una
de las paredes de mi despacho está despejada y en ella voy pegando por orden,
aunque todavía sin numerar, los post-its,
así, de un rápido vistazo, puedo visualizar las secuencias que voy resumiendo y
que día tras día voy modificando al tiempo que avanzo. A veces pasa tanto
tiempo que la goma adhesiva de los post-it comienza a secarse y empiezan a
aparecer papelitos amarillos por el suelo. Si os pasa esto, un corcho en donde
podáis clavarlos con chinchetas también es una buena solución.
Para
poneros un ejemplo de escaleta, utilizaré tres secuencias de mi guion “Los muertos van deprisa”:
No
hay que olvidar señalar en las fichas las secuencias importantes (CA, PPG, PM,
SPG y FIN) de modo que podamos ubicarlas correctamente en el lugar que les
corresponde dentro de la estructura.
No
hay un número determinado de secuencias, pero teniendo en cuenta que una buena
media de duración de secuencia oscila entre uno y tres minutos de película,
para un largometraje de hora y media de duración podríamos estar hablando de
entre 60 y 90 secuencias, más o menos.
¿Qué
sucede con películas del tipo “La soga” (Rope,
Alfred Hitchcock, 1948) o “Buried” (Rodrigo Cortés, 2010) en que la acción
sucede en tiempo real (es decir, el tiempo de la ficción coincide con el tiempo
de duración de la película? Al no haber cortes ni saltos en el tiempo y
transcurrir todo en la misma localización (en “La soga” había varios sets —salón, hall, cocina— dentro del mismo
decorado, pero en “Buried” toda la
acción sucedía dentro de un ataúd), ¿deberíamos escribir todo el guion en una
única secuencia? La respuesta es no, porque sería imposible de producir. En
estos casos especiales deberemos secuenciar en función de los cambios temáticos
y dramáticos de la acción. Por ejemplo, en “Buried”
cuando le llaman por teléfono la primera vez, cuando descubre la linterna,
cuando entra en el ataúd la serpiente, cuando intenta girarse dentro de la
caja, etc.
Una
vez pasada a limpio la ESCALETA, ya en este formato, para un guion de
largometraje, debería ocupar una extensión de entre 5 y 10 páginas. Hay quien
ya numera las escenas en orden correlativo, yo no suelo numerarlas hasta que
termino la siguiente fase. No obstante, este archivo nos servirá de guía para
el futuro tratamiento. Su aspecto sería más o menos el siguiente:
EXT. CEMENTERIO. DÍA
El tráiler de IRENE pasa por delante del
cementerio.
EXT/INT. PUENTE/TRAILER.DÍA
El tráiler de IRENE se queda atascado en el puente. Aparece el cortejo fúnebre con el féretro de Cándido. El sepelio no puede continuar y se monta el lío padre.
El tráiler de IRENE se queda atascado en el puente. Aparece el cortejo fúnebre con el féretro de Cándido. El sepelio no puede continuar y se monta el lío padre.
EXT.
TABERNA. DÍA.
FERMÍN, el cantinero, toca la campana para
convocar al pueblo a una asamblea general a fin de hallar una solución a la
obstrucción.
Visualizar un gag.
Un
gag, según la Real Academia, es un efecto cómico rápido e inesperado en un
filme o, por extensión, en cualquier otro tipo de espectáculo. ¿Por qué
introduzco dentro de este apartado un inciso para hablar del gag? Porque un
gag, para que funcione, debe visualizarse con una estructura determinada y,
muchas veces, cuando mis alumnos me confiesan las dificultades que tienen para
visualizar las secuencias de la película en la escaleta, yo les aconsejo que
utilicen la misma técnica que se usa para concebir un gag.
Los
gags están presentes desde el mismo inicio del cine. Ya los hermanos Lumière en las primeras proyecciones de
su invento en 1885, incluyeron el gag de “El
regador regado” en la que un jardinero regaba unas flores con su manguera,
un niño se la pisaba sin que se diese cuenta, el jardinero miraba por el
extremo para ver lo que sucedía, el niño levantaba el pie de la manguera y el
jardinero acababa empapado de agua. A continuación le perseguía y le daba un tirón
de orejas y una azotaina, en lo que sería también el primer slapstick (gag con golpes, porrazos y
caídas) de la historia.
Mientras
que los chistes suelen ser verbales, los gags suelen ser esencialmente visuales
y, para que funcionen, deben cumplir ciertas reglas, tal y como nos comenta,
entre otros, Blake Edwards en el
documental “¿Y usted de qué se ríe? El
gag y cómo conseguirlo” (Carlos Rodríguez, 2000). En concreto:
-
Tener
una estructura cerrada en tres pasos.
-
Producir
complicidad entre el espectador y el protagonista.
- Ajustar milimétricamente el tempo o timing
A
mi juicio, estas tres condiciones son igual de importantes en cualquier
secuencia, se desee producir un efecto cómico o no. Es por eso que recomiendo
tenerlas siempre presentes a la hora de ir visualizando las distintas escenas
de nuestra historia, muy especialmente en el apartado que se refiere a la
estructura.
Ya hemos visto en el cuarto peldaño cómo
construir la estructura de nuestra película, pero una secuencia también ha de
tener en igual medida tres tiempos diferenciados. Según los teóricos del gag,
como el mencionado Edwards, estos son:
-
Exposición:
plantear la situación (suele provocar la sonrisa).
- Distracción:
despistar al espectador preparándole para algo previsible (aquí acostumbra a
venir una risa).
- Sorpresa: giro o vuelta de tuerca
inesperada (aquí se trata de provocar la carcajada).
Una
de las secuencias que mejor funcionaban en mi película “Los muertos van deprisa”, era precisamente un gag que respetaba
estas tres etapas: un grupo de señoras rezaban el rosario en el velatorio del
padre del protagonista, de cuerpo presente dentro de un ataúd en el salón de su
casa. En un momento dado, comenzaba a sonar el himno socialista “La Internacional” y todas las señoras
detenían sus rezos asombradas y algo escandalizadas (exposición y sonrisa). A
continuación, una de ellas se levantaba buscando la procedencia del cántico y
descubría que era la melodía de un móvil que alguien había dejado en el
bolsillo de la chaqueta del muerto (distracción y risa). Finalmente, la anciana
cogía el móvil y leía el mensaje que acababa de recibir el aparato: “Si sales de viaje, llama al 442 y te
indicaremos el mejor camino para llegar a tu destino” (sorpresa imprevista
y carcajada).
Si
tenéis dificultades para visualizar las secuencias de vuestras historias,
utilizad esta misma técnica aunque no busquéis un resultado cómico. Dividid la
secuencia en tres actos, buscando la empatía del espectador y ajustando el
tiempo para que funcione.
Los
gags, además, pueden ser recurrentes, es decir, repetirse a lo largo de la
película para volver a provocar la risa. Esta técnica es tan antigua como la
propia historia de la humanidad. Ya en la Biblia
—un libro rebosante de ironía y, para mí, muy superior, literariamente
hablando, a otros cantos épicos de la antigüedad como La Odisea o La Ilíada— lo
utiliza frecuentemente, en especial en el Pentateuco, la Torá judía.
No
me resisto aquí, antes de finalizar este apartado, a contaros uno de los gags
recurrentes más graciosos que he leído en mi vida: el episodio que narra el
viaje de Abraham a Egipto después de que Dios le ordene abandonar su casa en Ur
y le prometa la tierra de Canaán para él y sus descendientes. Abraham le
confiesa a su esposa Sara, que era muy hermosa, su preocupación cuando los
egipcios la vean, pues intuye, no sin cierta paranoia, que seguramente querrán
matarlo para beneficiársela. Para que esto no suceda, le pide a su mujer que
diga que son hermanos —algo así como la censura española hizo en “Mogambo” (John Ford, 1953) con el matrimonio de
Linda (Grace Kelly) y Donald Nordley
(Donald Sinden), convirtiéndolos en
el doblaje al castellano en hermanos para evitar el adulterio con Víctor
Marswell (Clark Gable) pero
provocando un involuntario incesto entre ellos—. Así lo hacen. Pero, al conocer
el faraón la belleza de Sara, creyéndola soltera, comienza a tirarle los tejos
y trata de engatusar a Abraham, al que cree su hermano, con todo tipo de
regalos como ovejas, cabras, camellos, esclavas y esclavos. Sin embargo, Dios
castiga al faraón con grandes plagas por intentar seducir a una mujer casada.
Cuando el faraón se entera del engaño, ordena a Abraham salir de Egipto pero,
al mismo tiempo, le llena de riquezas pues sabe que es un elegido del Señor, al
que por nada del mundo desea enfadar. Así, Abraham recupera a su mujer y además
se hace rico. La cosa tiene su gracia.
Pero lo más divertido es cuando, años después, viviendo en la ciudad de Guerar,
en la región del Négueb, Abraham vuelve a decir que Sara es su hermana (de
nuevo para librarse de morir en caso de que alguien se encapriche de su
belleza). Y la historia se repite: Abimélec, rey de Guerar, se enamora de Sara
a la que propone convertir en su esposa, creyéndola hermana de Abraham. La
misma noche de bodas, Abimélec tiene un sueño en el que Dios le amenaza: “Vas a morir, porque la mujer que has tomado
es casada”. Abimélec, al que al despertar no le llega la camisa al cuerpo,
manda llamar a Abraham y le increpa: “¡Mira
lo que has hecho! ¿En qué estabas pensando cuando hiciste todo esto?” A
continuación, le devuelve a su mujer y le regala más ovejas, cabras, esclavos y
esclavas, diciéndole: “Mira, aquí tienes
mi país, escoge el lugar que más te guste para vivir”. Y así es cómo
Abraham consigue establecer su hogar en el la tierra de Canaán que Dios le
había prometido al salir de Ur.
Propuesta de ejercicios:
Con alguna de las sinopsis de los ejercicios anteriores, elegid la que se desee desarrollar en guion y construid su escaleta completa, respetando la estructura previa.
Volveré a encontrarme con vosotros dentro de una semanas para subir al sexto peldaño: el tratamiento. Hasta entonces, ¡sed felices!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Echa tu carta al buzón