"Cuando escuchaba hablar de traineras pensaba en barcos de pesca... aunque sólo sea por esa canción de Carlos Cano que dice:
Etc, etc, etc. O era el significado original, o en el Norte y el Sur son cosas distintas (lo que está muy bien, así es como se aprende, conociendo lo que hacen los demás ;)"
"En un barco trainero yo me quisiera enrolar,
pa traerme en los anzuelos, madre, la Estrella Polar.
¡Qué bonita está la playa desde la gavia mayor,
llena de pañuelos blancos, al viento diciendo adiós!"
Muchas gracias, Finduilas. Pues resulta que no, que no son cosas tan distintas. Y lo explico tal y como me lo contó el propio Gerardo Collazo, remero del Club de Traineras Perillo, con sus propias palabras:
"Las traineras tienen su origen en el mundo de la pesca pues eran utilizadas para tal fin. Los pescadores remolcaban sus redes con la trainera y la que llegaba antes a puerto era la que conseguía vender el pescado a mejor precio. De ahí se originan las actuales competiciones de traineras".
O sea, que tienen razón Carlos Cano y Finduilas. Al analizar el surgimiento del deporte de las traineras es necesario fijarse en labores que, tal y como ocurre en todas las culturas, el hombre desarrollaba como método de subsistencia. Por una parte, las trianeras son (eran en el siglo XIX y principios del XX) embarcaciones de pesca de bajura. En Galicia, por ejemplo, se iba mucho a la sardina con ellas. Cuentan que los pescadores vascos pugnaban por arribar al puerto en primer lugar con el fin de vender al mejor precio el pescado capturado, lo que dio lugar a disputas entre las cuadrillas conformadas por aquéllos.
Sin embargo, juntamente con la actividad de la pesca existía otro quehacer portuario que es considerado también como precedente de la competición remera: el atoaje. En puertos de difícil acceso, los grandes veleros eran remolcados hasta su interior por hombres que utilizaban traineras. Tras avistar desde la atalaya los barcos que se dirigían al puerto, aún en el horizonte, las traineras recorrían grandes trayectos en dura lucha con el fin de hacerse con el excelente salario pagado por aquel trabajo. Del mismo modo que ocurrió con la actividad pesquera, el atoaje dio origen a los desafíos de las traineras. Es decir, la necesidad en tiempos de crisis provocó la competición. Una hermosa historia, ¿no creéis?